La cifra es alarmante: uno de cada cuatro menores sufre ansiedad o depresión asociada al aislamiento (fuente: Save the children)
Démonos cuenta que ell@s son conscientes del peligro, pero no saben cómo afrontarlo, ni cómo gestionar las emociones que de repente aparecen.
La rutina, la tan nombrada “normalidad”, ha cambiado por completo: nada de abrazos, de jugar en los columpios, no tocar, no tener contacto con la gente, mascarillas, hidroalcoholes, y del cole ni hablamos…
Para todos esto es un proceso de continua adaptación, pero los peques no saben qué tienen que hacer, algun@s ni tan siquiera están preparados (ni en edad) para oír hablar de “hospitales, muertos, enfermedad”, y se funden en los miedos y en las reacciones de quienes les rodean.
Creedme, esto está siendo MUY FUERTE para nuestros niños y niñas (incluyendo a mis queridos adolescentes).
No esperéis que lleguen a casa y digan: “tengo ansiedad”, o “creo que sufro síntomas de depresión desde hace unos días”, pero sí que podemos estar atentos a señales como:
• No querer salir a la calle o hacer actividades que antes hacían con total normalidad
• Estar irritables, molestos, como si todo les pareciese mal
• Mostrarse más sensibles a malas noticias, comentarios que toman como ofensivos…
• Quejarse de forma reiterada de dolores de cabeza, musculares, de tripa…
• Cambios en el sueño
• Cambios en el apetito
• Tener creencias catastróficas: “vamos a morir”, “no hay solución” …
A esto se le suma la incertidumbre que les rodea. Ahora tienen nuevas preguntas para las que, además, no tienen respuesta: “¿cuándo acabará todo?” “¿podremos salir al parque en unos días?” “¿cuándo podré jugar con mis amigos?”, etc.
En otro post os hablaré en profundidad sobre pautas para ayudarles a afrontar todo esto.
Por lo pronto, lo mejor que podemos hacer los adultos es ser su mejor espejo.
No olvidemos que aprenden sobre todo por imitación, por lo que, lo mejor que podemos hacer es mantener la calma, tener grandes dosis de paciencia, y otras más grandes todavía de cariño y comprensión.
Si necesitas ayuda con este u otro tema, ¡cuenta conmigo!
Feliz día, feliz vida